CAITLIN CLARK, LA CHICA DE ORO

El deporte femenino global está en su momento más boyante. El interés de los aficionados hacia sus diferentes modalidades, ligas y jugadoras ha experimentado un enorme crecimiento que ha tenido una repercusión directa en diversos actores comerciales, instituciones y empresas, que han desembarco en este mercado con una fuerza y una seriedad que está cerca de romper récords históricos.

Según el informe Technology, Media and Telecom Predictions 2024 de la Deloitte, los ingresos generados por el deporte femenino de élite superarán, por primera vez, los mil millones de dólares. La proyección de la consultora es que el total ascienda a 1.300 millones, un aumento del 300% con respecto a 2021. La inversión comercial representará el 55% de esos ingresos, es decir, 670 millones. Los acuerdos televisivos (27%) y los beneficios obtenidos por los partidos (18%) completan el círculo.

Muchas empresas se han visto atraídas por nombres propios como la futbolista Alex Morgan, que ganó solo en acuerdos comerciales 6,3 millones en 2022. En el Reino Unido, Leah Williamson fue la primera jugadora en asociarse con Gucci. El fútbol, con el 43% de los acuerdos, es el líder en el reparto económico, seguido del baloncesto, que representa un 28%... con la incógnita de lo qué le deparará el futuro a Caitlin Clark, la gran figura del baloncesto universitario en Estados Unidos que la próxima temporada llegará a la WNBA.

Rompedora de récords

Ha sido un pararrayos para la atención del baloncesto femenino”, dijo Peter Giorgio, jefe de prácticas deportivas en Deloitte, sobre la base de la Universidad de Iowa. Una jugadora especial, rompedora de todos los récords que se le han puesto por delante. Primero cayó el de mayor anotación en la historia de la NCAA femenina, esos 3.649 puntos que Lynette Woodard estableció en 1981. Y, después, el del baloncesto universitario estadounidense total, los 3.667 tantos de Pete Maravich. Un tope que había sido inquebrantable desde 1970. El último, el mayor número de puntos en una sola temporada en categoría femenina, los 1.113 de Kelsey Plum, lo batió este martes en el Sweet 16 (Dulces 16) del March Madness (la Locura de Marzo) ante Colorado con 32, la mitad de los que hizo su equipo en todo el encuentro. Actualmente, suma 3.830 en sus cuatro años en Iowa.

“La he observado desde hace tiempo y me he dado cuenta de lo poderosa que es en la cancha. Lo curioso es que su forma de jugar, la distancia y el nivel de dificultad de sus tiros son, obviamente, muy parecidos a la forma en que yo juego. Su capacidad de tiro es su superpoder, pero el resto de su juego está tan pulido como eso, así que es algo que hay que ver”, analizó Stephen Curry sobre una Clark que este curso destrozó el máximo número de triples encestados en solo un curso universitario que el propio base de Golden State Warriors, el mejor lanzador de la historia, había elevado hasta los 162 en 2008. La de Iowa ya suma 181 para algarabía de unos aficionados que hacen cola para verla: hasta 55.646 asistieron a uno de sus partidos este curso. Máximo de siempre. El día que rompió el techo de Maravich se llegaron a pagar 500 dólares por una entrada y hasta 4.000 en la reventa.

Derechos NIL

Un currículum envidiable en lo deportivo que ha tenido una repercusión directa en su bolsilla: ha ganado 3,6 millones por sus derechos NIL (Name, Image, Likeness), una compensación que los deportistas universitarios pueden recibir por lo que genera su imagen (promociones, publicidad, marca) desde el 1 de julio de 2021. Antes, cualquier tipo de retribución económica era ilegal en el ciclo académico. Es la primera jugadora en la NCAA en ingresos seguida por Angela Reese y sus 1,8 millones. Y la cuarta a nivel global, según On3, tras Bronny James, el hijo de LeBron (4,9), Shedeur Sanders (fútbol americano, 4,7) y Livvy Dunne (gimnasta, 3,6). Clark tiene 13 patrocinadores: Bose, Buick, Gainbridge, Gatorade, Goldam Sachs, H&R Block, Hy-Vee, Nike, Panini, Shoot-A-Way, State Farm, The Vinyl Studio y Topps.

Marcas y emolumentos que no tienen intención de parar el próximo curso cuando dé el salto a la WNBA como número uno del draft. Su destino, unas Indiana Fever que ya se frotan las manos ante su magnetismo, y las posibilidades financiares y la exposición mediática que van a conseguir con la chica de Iowa… y por solo 76.535 dólares, su su salario como rookie. Al final de ese contrato, al cuarto año, su contrato llegará a los 97.582. Sin embargo, según un portavoz de la Liga norteamericana citado por ESPN, se espera que consiga otro medio millón a las puertas de que la competición negocie un nuevo acuerdo televisivo que termina en 2025.

Oferta Big 3

O incluso más si acepta la oferta de Ice Cube para que participe en Big 3, la liga de baloncesto profesional en formato 3x3. El rapero y actor ha puesto sobre la mesa 5 millones para que Clark se una a su campeonato durante 10 semanas (10 sábados). “Es un jugador especial que está moviendo agujas en muchas áreas diferentes: ratings, asistencia, venta de entradas. Así que, por supuesto, nuestros patrocinadores están muy interesados en un jugador como este”, aseguró a la ESPN el detective Odafin Tutuola en Ley y Orden: UVE.

No se sabe si el actual convenio colectivo permite esta compaginación, pero por el momento la gran estrella de Iowa no se ha pronunciado y sigue batiendo récords y sembrando el pánico en el March Madness con el único objetivo de cerrar su etapa académica con un trofeo de campeona.

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