EL SALARIO DE CAITLIN CLARK VUELVE A PONER EN EVIDENCIA LA BRECHA DE GéNERO EN EL DEPORTE

Caitlin Clark es un fenómeno de masas que traspasa fronteras y los límites de lo conocido en términos de impacto mediático de una estrella de baloncesto femenino. Ha roto los récords universitarios más importantes (tanto de hombres como mujeres) y reventado por el camino las audiencias televisivas en Estados Unidos, consiguiendo que sus partidos con Iowa en la NCAA fueran lo más visto de todo el deporte de la canasta desde 2019 (incluida la NBA). Y todo ello resquebrajando, que no rompiendo, barrera más importante que permanece todavía en el deporte y la sociedad, la brecha de género.

Después de ser elegida con el número uno del Draft de 2024, Clark se enfrenta ahora al reto de seguir picando piedra para derribar la totalidad del muro que separa a las mujeres de los hombres en el deporte. El primer pedrusco que se ha encontrado es a nivel salarial. 

La jugadora de 22 años percibirá alrededor de 340.000 dólares por cuatro temporadas con las Indiana Fever, empezando en los 76.000 dólares en su primer curso, que estrenará de aquí a un mes. En términos salariales españoles, no parece la cosa tan mal, pero la comparación con los estipendios en Estados Unidos muestra otra realidad.

Con su salario en las Fever, Clark calificaría para el programa de viviendas de bajo coste en la ciudad de San Francisco, y apenas cobrará 10.000 dólares más que el salario mínimo en el estado de California (64.000 dólares). Cierto es que en Indiana esa cifra es mucho inferior (15.000 dólares), ya que desde 2009 no se ha actualizado. Son datos que, igualmente, ayudan a contextualizar que se trata de un sueldo normal, para nada descabellado, en Estados Unidos.

El salario total de Clark representa un 0,6% de los 55 millones que percibirá Wembanyama

La comparación con sus compañeros en la NBA subraya la actual desproporción en los estipendios según el género. El número uno del Draft de 2023, Victor Wembanyama, ha percibido 12,1 millones de dólares en su primer curso en la liga estadounidense. El salario máximo en la WNBA fue de 234.000 dólares en 2023, mientras que el de sus compañeros masculinos promedió los 10,8 millones. Hasta las mascotas de la NBA cobran más que la jugadora mejor pagada en Estados Unidos...

Las jugadoras llevan años ya reivindicando una mejora ostensible de sus ganancias, y Kelsey Plum, una de las principales referentes de la competición, lo explicó mejor que nadie hace un par de cursos: no quieren cobrar lo mismo, sino una proporción igual a la de los hombres. "No estamos pidiendo cobrar lo mismo que los hombres, sino cobrar el mismo porcentaje de los ingresos compartidos. Para dejarlo claro, yo no pido cobrar lo mismo que LeBron", decía en 2022.

Mientras en la NBA los jugadores reciben siempre el 50% de los ingresos de la liga, el sistema en la WNBA es mucho más complejo... y solo otorga un porcentaje sobre los ingresos incrementales bajo condiciones muy concretas. Sería alrededor del 30% sobre este tipo de ingresos, que desde 2020 no se han dado ya que requieren de un volumen de aumento de negocio muy significativo y virtualmente muy difícil de lograr.

En el caso que se repartieran estos beneficios, lo que en la NBA es un 50% en la WNBA significaría un 17,5% según informa Bloomberg, una diferencia flagrante que provoca estas cifras ridículas en los sueldos de las mejores jugadores del planeta. No es casualidad que las Diana Taurasi, Brittney Griner y compañía se hayan pasado toda la vida combinando sus trayectorias en Estados Unidos y en Europa. Doblar trabajo era la única manera de conseguir unas ganancias dignas a su talla mediática y deportiva.

2024-04-16T11:05:00Z dg43tfdfdgfd