LA DERECHA Y LA IZQUIERDA FRANCESAS AMENAZAN POR IGUAL LAS REGLAS FISCALES

La convocatoria de elecciones legislativas en Francia pone en evidencia la falta de solución a la crisis presupuestaria que padece el país vecino y las propuestas económicas tanto de los grupos de la izquierda como de la ultraderecha están asustando a los mercados. Tanto el programa económico del Reagrupamiento Nacional (Marine Le Pen y Jordan Bardella) como el de la coalición de Nuevo Frente Popular convergen en una clara apuesta por el incremento del gasto público sin explicar cómo van a hacer para doblegar la curva del déficit. Por otro lado, el partido de Emmanuel Macron, Ensemble! (Juntos!), con el actual primer ministro, Gabriel Attal a la cabeza, también despierta cierto recelo, puesto que continúan bajo el mantra de no aceptar las demandas de Bruselas para taponar los números rojos.

En líneas generales, todos los programas convergen en promesas que van hacia el mismo objetivo: concesiones que se pueden calificar de sociales a los ciudadanos sin reparar en el impacto presupuestario.

Las encuestas de opinión sugieren que la Agrupación Nacional (RN) obtendría la mayoría de votos en la primera vuelta con un 34%, seguido por la coalición de izquierdas Nuevo Frente Popular (NFP) con un 28%, y el grupo centrista Ensemble! del presidente Macron, acabaría en tercer lugar con un 20%. Sea como fuere, parece que lo más probable es que se produzca lo que se conoce como "cohabitation", es decir, la presidencia de la República sería de un partido (Macron) y el Gobierno de otro.

Muchos expertos ya hablan en Francia de un 'efecto Liz Truss', la breve primera ministra del Reino Unido que duró 44 días en el poder y que hizo saltar las alarmas en el mercado al prometer una bajada radical de impuestos sin dar más explicaciones de qué recortes de gasto iba a hacer para compensar el aumento del gasto o la falta de ingresos por impuestos.

Está claro que al mercado el tema de prometer sin resolver no le gusta. Los inversores están acostumbrados a jugar con el tablero del riesgo, pero siempre con confianza y no con incertidumbre. Gilles Moëc, economista jefe de Axa Investment Managers, asegura que "la incertidumbre sobre el resultado macrofinanciero del 7 de julio es alta, ya que los programas fiscalmente derrochadores tanto de la ultraderecha como de la alianza de izquierdas compiten con la oferta más ortodoxa de la mayoría centrista en el poder".

El déficit público galo no deja de engrosarse y las cuentas no salen. En 2023 cerró con un déficit del 5,5% del PIB y para este año se prevé una leve corrección hasta el 5,1%. Ante este panorama, Bruselas ya está preparando el dossier para que París entre en el programa de déficit excesivo, porque es evidente que no van a llegar a corregirlo más de dos puntos en el corto plazo, hasta el 3%, tal y como exige la Comisión Europea. Además la deuda ya supera el 110% del PIB, hasta los 3,1 billones de euros.

El responsable de estrategia global de Natixis IM Solutions, Mabrouk Chetouane, recalca que con un déficit que es "casi del doble del límite fijado por los tratados europeos" el margen para políticas fiscales expansivas apoyadas por RN "es limitado o incluso próximo a cero". Es decir, con este panorama financiero, ningún gobierno tendrá mucho margen de maniobra para realizar políticas expansivas.

Desde que Emmanuel Macron disolvió la asamblea el 10 de junio, justo después de que RN consiguiese una mayoría aplastante del 31,5%, la prima de riesgo de Francia está peor que la de Portugal y a principios de junio, la agencia de calificación financiera Standard and Poor's (S&P) rebajó la nota de la deuda soberana de Francia por primera vez desde 2013. Esta decisión se debe "al deterioro de la situación presupuestaria" de la segunda economía más grande de la Unión Europea.

En casi todos los análisis económicos consultados por este periódico de los principales think tanks franceses se puede extraer la misma conclusión: la opción más favorable para las maltrechas finanzas francesas es el voto hacia el centro, es decir, la alternativa de Macron. Los expertos creen que el continuismo macronista proeuropeo permitirá, aunque siga en empeño de decir que no va a subir impuestos, establecer una ortodoxia económica que cumpla con los designios llegados desde Bruselas.

Es decir, todos se decantan porque el voto de centro es el más útil para las maltrechas cuentas galas.

Poco o nada se sabe de los programas económicos de los candidatos más allá de tres o cuatro propuestas que lanzan durante las entrevistas o por programas electorales anteriores.

Profundizando en las principales medidas económicas que se han incluido en los distintos programas económicos a lo largo de estos años, lo más probable es que se produzca un incumplimiento de la norma fiscal, ya que todos contienen una gran cantidad de nuevos gastos públicos para los cuales no se ha concretado ningún tipo de financiación que permita llevarlos a cabo.

De hecho, los expertos de la firma Natixis CIB aseguran en un informe que "el margen de maniobra seguirá siendo limitado", debido a un déficit completamente desbocado, la rebaja de la calificación y la activación del procedimiento de déficit excesivo de Bruselas.

Desde hace dos años y medio, el poder adquisitivo ocupa el primer lugar en las preocupaciones de los franceses en los principales sondeos realizados en el país.

En una encuesta realizada por la cadena gala de información económica BFM en colaboración con el Instituto Elabe, concluye que el 45% de los franceses tienen el poder adquisitivo como una de las principales causas que motivaron su voto en las elecciones europeas.

Bardella y el IVA

A pesar de que tiene posibilidades de conseguir ser primer ministro, el presidente de RN, Jordan Bardella, no es claro con su propuesta económica. Igual que hace Ensemble!, el partido de ultraderecha ha puesto en el centro el poder adquisitivo de la ciudadanía francesa.

Bardella aseguró que dividiría el mandato en dos fases. En la primera, recortaría el IVA de la energía al 5,5%, incluidos los carburantes (aunque hay una directiva de la UE que no permite gravarlos por debajo del 15%), lo que costaría, según el Instituto Montaigne, unos 11.300 millones de euros al año al Gobierno.

Los analistas de Natixis CIB aseguran que la rebaja del impuesto indirecto tendrá "una eficacia limitada debido a las experiencias pasadas de recortes del IVA o descuentos" financiados por el Gobierno.

En la segunda fase, plantearía revertir la reforma de las pensiones. En una entrevista en la emisora de radio RTL, Bardella aseguró que "no será una prioridad" abolir la reforma de las pensiones de Macron. Bardella, excusó su argumento en que heredarán una "situación económica complicada".

El Instituto Montaigne calculó en 2022 que la reversión de la reforma de las pensiones tendría un coste de 120.000 millones de euros, es decir, cerca del 3,5% del PIB galo. Para RN el coste sería de 13.300 millones de euros.

La esperanza con RN está puesta en el nombre que elijan para llevar la catera de Economía y Finanzas. Tal y como sucedió con Georgia Meloni.De no ser así, el mercado castigaría fuertemente a París, tal y como sucedió con Trussç.

Macron y los impuestos

En el desglose de los programas, el partido de la mayoría presidencial mantiene su idea programática de continuar sin revertir las pensiones y no subir impuestos. Todo esto sumado a un objetivo de reducir el gasto en 10.000 millones de euros y un decreto en julio de la reforma de las prestaciones por desempleo.

El Instituto Montaigne, con sede en París, ha hecho un análisis de las propuestas de Ensemle! y calcula que el gasto público anual sería de poco menos de 12,2 millones con las propuestas de Macron.

A pesar de una recuperación del poder adquisitivo real de los hogares franceses desde la pandemia, todas las medidas del partido presidencial están orientadas a eso, a seguir aumentando el poder adquisitivo de los hogares. Entre ellas está la de triplicar el bono de valor compartido (o "bono Macron") hasta 10.000 euros (desde 3.000 euros actuales) sin cargas ni impuestos, la indexación de las pensiones a la inflación y recortar las tarifas reguladas de electricidad entre un 10% y un 15% hasta febrero de 2025. También se propuso la introducción de un suplemento de salud pública de 1 euro al día para las personas que no tengan derecho a cobertura, y el primer ministro Gabriel Attal, anunció que pretende eliminar los honorarios notariales de hasta 15.000 euros en la compra de la primera vivienda y para compras de inmuebles inferiores a 250.000 euros.

"Si bien es probable que estas nuevas medidas apoyen al consumo de los hogares, el partido del presidente tendrá que encontrar nuevas fuentes de ahorro para financiarlas, lo que podría implicar un aumento de varios impuestos específicos", aseguran los expertos de Natixis CIB.

Mélenchon y el SMI

La nueva coalición de izquierdas, encabezada por Jean-Luc Mélenchon, Nuevo Frente Popular (NFP), apuesta por una ruptura profunda de las políticas de Macron y pretende retomar las políticas de estímulo público para el crecimiento financiado por mayores ingresos fiscales a través de una reforma del sistema tributario.

La coalición lleva como mantra la subida del Salario Mínimo Interprofesional desde los 1.398,69 euros netos de ahora, a los 1.600 euros por 35 horas semanales. De nuevo, el poder adquisitivo en el centro. Según los cálculos del think tank Institut Montaigne, esta subida repentina del SMI tendría un coste total de 19.000 millones de euros.

Al mismo tiempo, también promete eliminar el impuesto del 10% sobre la energía y limitar los precios de los productos básicos. Medidas basadas en el poder adquisitivo que costarán 24.000 millones de euros, es decir, un 0,9% del PIB. Todo esto sin saber de dónde van a salir los ingresos.

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