CóMO CAMBIARáN ALGUNOS NEGOCIOS LOS NUEVOS MEDICAMENTOS PARA ADELGAZAR

La gente ha comenzado a reconocer a simple vista los efectos de los nuevos medicamentos para adelgazar. Su impacto es tan obvio que cuando las celebridades reaparecen tras haberlos ingerido cuesta reconocerlas.

¿Es ella?, ¿es una doble? Se preguntaban los usuarios de las redes sociales el pasado diciembre cuando vieron a la estrella de la televisión estadounidense Oprah Winfrey en la alfombra roja del estreno del remake de El Color Púrpura en Los Ángeles.

Tras décadas de dietas yo-yo, Winfrey lució la cintura más estrecha en sus 69 años y un rostro cambiado. Es lo que el dermatólogo Paul Jarrod Frank ha acuñado como la 'cara Ozempic' -por el nombre del fármaco más popular- en un artículo The New York Times para describir los rostros debilitados y envejecidos por el uso de estos medicamentos destinados a tratar la diabetes, pero que tienen un efecto "milagro" para perder peso.

Así es como los fármacos supresores del apetito como Ozempic, Mounjaro o Wegovy, el recién aprobado en España para este fin, actúan sobre el físico. Esto se produce porque estimulan la hormona GLP-1 que controla cuando nos sentimos llenos, reducen los antojos y pueden alterar de forma negativa el sabor de los alimentos.

Son estos otros efectos los que han hecho preguntarse a industrias como la alimentación, la belleza y la moda sobre su futuro. ¿Qué pasará si una de cada 10 personas pierde su deseo natural de comer? El fenómeno es ya un boom en EEUU y amenaza con extenderse por el mundo.

Para 2030, casi el 9% de la población estadounidense, unos 30 millones de personas, podrían usar estos medicamentos, según un estudio de JP Morgan Research. Su alto precio, Ozempic cuesta unos 670 dólares al mes y Mounjaro unos 1.070 euros, ha hecho que conozcamos de su existencia gracias a los ricos y famosos estadounidenses como la propia Winfrey, la cantante Christina Aguilera o el magnate Elon Musk.

El acceso del público en general todavía está lejos de ser una realidad, pero Novo Nordisk, el principal fabricante de las inyecciones, se prepara para el asalto al mercado mundial. La farmacéutica acaba de anunciar que ha invertido más de 6.000 millones de dólares para cubrir la demanda que se avecina. Esto después de ver cómo sus beneficios han aumentado en un 58% desde que se cuadriplicaron sus ventas en EEUU entre 2020 y finales de 2022.

"No es como un interruptor de luz", ha advertido Negelle Morris, vicepresidenta senior y jefa de ventas de la compañía en una entrevista en ABC News, ante el desabastecimiento que ya ha provocado una subida de los precios y las quejas de las personas aquejadas de Diabetes Tipo 2 que los necesitan.

Los negocios perjudicados

La futura avalancha de estos medicamentos ha puesto en alerta a algunas multinacionales preocupadas por la disminución de sus beneficios económicos. Sobre todo a las grandes superficies, los fabricantes de alimentos y las cadenas de comida rápida que calculan un impacto de hasta 100.000 millones de dólares en 2030. Otras, por el contrario, se podrían beneficiar.

La disminución de la sensación de hambre que provocan los fármacos podría reducir el consumo de calorías entre un 20% y un 30% al día en alimentos como chocolatinas, patatas fritas, bollería industrial y platos precocinados. Además, caería hasta un 65% el consumo de bebidas azucaradas y hasta un 62% el de bebidas alcohólicas. Según JPMorgan, los usuarios de GLP-1 compran el un 8% menos de alimentos.

La más beligerante, por el momento, ha sido el gigante de la distribución Walmart que ya ha reconocido una caída de las ventas. "Definitivamente vemos un ligero cambio en comparación con la población total, un ligero retroceso en la canasta general", ha admitido John Furner, director ejecutivo de la cadena de supermercados.

La compañía con sede en Bentonville (Arkansas) considera que es demasiado pronto para sacar conclusiones definitivas, pero ya estudia los cambios en los patrones de ventas para adaptarse a la nueva realidad. Aunque, por otro lado, se está beneficiando de las ventas de los medicamentos a través de su red de farmacias.

La misma estrategia de estar atentos al mercado ha emprendido Kellogg, fabricante de los cereales del mismo nombre y de snacks como Pringles o Cheez-Its. "Lo analizaremos, lo estudiaremos y, si es necesario, lo mitigaremos", ha dicho Steve Cahillane, director ejecutivo de la compañía.

Otras compañías, como Nestlé y General Mills -fabricante de los helados Häagen-Dazs-, se han lanzado a desarrollar lo que Wall Street llama "productos complementarios" destinados a aumentar la masa muscular y mejorar la nutrición para contrarrestar los efectos secundarios de los fármacos. Esta estrategia podría fomentar innovaciones alimentarias y aumentar la venta de productos saludables.

Los productores de bebidas alcohólicas también se arriesgan a ver lastrado su negocio. Según el estudio de Morgan Stanley, entre el 56% y el 62% de las personas que toman GLP-1 en EEUU aseguran haber reducido su consumo y entre el 14% y el 18% lo han cesado por completo.

La industria del alcohol calcula que para 2025 el consumo total caerá un 1,8% a causa de la proliferación de los medicamentos para bajar de peso. Esto podría reportar unas pérdidas de cerca de 3.500 millones de dólares de los 197.000 millones de facturación total en 2022, según la firma de inteligencia de mercado IWSR. El truco en este caso sería ofrecer alternativas sin alcohol que incluyan los nutrientes necesarios.

Los negocios beneficiados

Sin embargo, hay otros negocios como las compañías aéreas, los gimnasios o las clínicas de estética que ven una oportunidad para aumentar sus beneficios. La aerolínea American Airlines ya ha avisado de que si cada pasajero pierde de media siete kilos ahorraría en combustible la hipotética cifra de 80 millones de dólares al año.

Para los gimnasios el negocio está en aprovecharse del efecto secundario más común en los pacientes que es la perdida de masa muscular. La cadena Equinox cuenta desde enero con un plan de entrenamiento especial para los miembros que toman Ozempic o sus derivados.

Mientras que los centros deportivos de lujo, como las cadenas Life Time y Xponential Fitness -propietaria de Club Pilates, Rumble and Pure Barre-, han comenzado a abrir sus propias clínicas de adelgazamiento con médicos que pueden recetar GLP-1 y entrenadores personales específicos. "Estamos seguros de que esta megatendencia será muy positiva para el negocio", ha asegurado Bahram Akradi, director ejecutivo de Life Time.

Si la esbeltez corporal que producen los medicamentos está reñida con la juventud para eso están la cirugía y los tratamientos estéticos. Las envejecidas 'caras Ozempic' se pueden subsanar con los numerosos tratamientos de microagujas faciales y los rellenos dérmicos, como Sculptra y Radiesse, que se prevé ganen adeptos frente a otros tratamientos menos invadidos.

Un tendencia ascendente que ha reconocido el director ejecutivo del gigante farmacéutico suizo Galderma, Flemming Oruskov. "Va a llegar una nueva ola de crecimiento desde ese sector", ha asegurado Oruskov, después de que la compañía protagonizara a finales de marzo la mayor salida a bolsa en Suiza desde 2017.

La llegada de los medicamentos como Ozempic o Wegovy no van a hacer desaparecer los placeres como el vino, el buen queso o una hamburguesa de resaca, pero sí pueden abrir una nueva dimensión en la ya consolidada cultura del bienestar sin que esto suponga, como ha dicho la actriz Catherine Deneuve, tener que "elegir entre cara o trasero".

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