COBRAR EL SUBSIDIO Y TRABAJAR: "SI LO HUBIERAN HECHO ANTES ME HUBIERA VENIDO MEJOR"

"Si lo hubieran hecho antes me hubiera venido mejor", confiesa José Vicente Caudillo, desempleado de 61 años, este miércoles en la puerta de una oficina de empleo del centro de Zaragoza sobre el anuncio de la reforma de Gobierno para permitir trabajar y cobrar el subsidio del paro. Cuando entre en vigor el cambio aprobado por el Ministerio de Trabajo y los sindicatos se podrá mantener la ayuda íntegra, con condiciones.

Los trabajadores que no han cotizado lo suficiente para cobrar la prestación por desempleo o cuando ya se les han agotado los dos años establecidos pueden solicitar un subsidio. La vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, ha firmado con los secretarios generales de CC. OO., Unai Sordo, y de UGT, Pepe Álvarez el denominado 'Acuerdo para la mejora de la protección asistencial de desempleo' que entrará en vigor en algunos aspectos en noviembre y que permite cobrar esta ayuda y trabajar como forma de complementar la cuantía sin que esta se vea reducida.

José Vicente ha llevado una vida laboral agitada en la que resume que ha trabajado "de todo". Durante años residió en Jaca donde "había que estar a todo, pero eran trabajos de temporada", vinculados al turismo de nieve o de verano. Hace unos diez años volvió a Zaragoza a cuidar a su madre. Ha sido cocinero, camarero, peón de albañil y encofrador entre otras ocupaciones. En cuanto al mercado laboral actual afirma que la edad es un handicap. "Piden ayudante de camarero, pero cuando dicen 'ayudante' es que quieren un chaval de 25 o 30 años y no me molesto ni en mandar el currículum", cuenta sobre su experiencia con las ofertas de empleo. "Me ven a mí y me dicen 'ya te llamaremos'", lamenta.

En su último empleo comenta como "he aguantado para ver si metía la cabeza y me hacían un contrato de más horas", pero ha pasado los últimos cinco años trabajando solo los sábados. Cobraba 480 euros de subsidio y le descontaban 100 euros, hasta 380 euros, por ganar 200 euros al mes de salario. No tiene cargas familiares y cuenta con el piso de su madre que se quedó al morir, pero con sus ingresos confiesa que se tiene que "buscar la vida" y a veces toca "la guitarra en la calle" para sacar algún dinero extra. Asegura que se va arreglando y confía en que dentro de poco un amigo le contrate para intentar llegar a la jubilación, pero le preocupan más los jóvenes que con los empleos precarios de ahora "no tienen ni para pagar un alquiler".

Entre esos jóvenes salía de la oficina de empleo Ana, una trabajadora de la hostelería de 26 años a la que no le había faltado empleo en los dos años que lleva viviendo en Zaragoza, pero que ahora cobraba el desempleo porque su empresa había pedido un expediente de regulación temporal (ERTE). "Es la primera vez que cobro el paro", asegura, y espera volver pronto a trabajar. Antes de recurrir a pedir la prestación por desempleo o el subsidio si esta se agota afirma que "me pondría a buscar por mi cuenta porque sé que hay muchas ofertas y en hostelería siempre hay trabajo". Así, cree que "a veces la gente quiere que les caiga todo del cielo y hay que tener iniciativa". Ve las prestaciones y subsidios solo en caso de que a alguien le cuesta mucho encontrar. Originaria de México, todavía no tiene muy claro cómo funciona la protección del empleo porque en su país no existen ayudas de este tipo. En su caso, cree que sería "la última opción", solo si ve que "de plano" nadie la contrata.

Entre las mejoras de la reforma del subsidio se incluye eliminar el mes de espera para solicitarlo y se amplía a colectivos que carecían previamente de esta cobertura como las personas menores de 45 años sin cargas familiares o las personas trabajadoras eventuales agrarias.

El Gobierno ha aprobado el denominado Complemento de Apoyo al empleo que permitirá la compatibilidad tanto del subsidio de desempleo como de la prestación ordinaria. Se podrá prolongar durante un periodo de 180 días tras agotar un año de subsidio, según ha detallado Trabajo en la presentación de las novedades.

Algunos usuarios no veían mucho sentido a la medida porque se va perdiendo prestación. "Otra cosa sería si no se fuera gastando paro", plantea Belén Grasa, profesora de inglés recién jubilada. "Yo he estado años trabajando como fija discontinua ganando poco, pero me quería jubilar. He estado cotizando ahora más con el subsidio que trabajando", confiesa sobre los dos últimos años de vida laboral en activo hasta que ha conseguido alcanzar las cotizaciones necesarias para jubilarse. Esta es una de las mejoras que continúan, la cotización de este colectivo de mayores. "He estado cobrando dos años el subsidio. Quién me va a contratar a mí. A mi edad ya no me quieren", dice esta zaragozana de 66 años, que ha pasado también por numerosos empleos a lo largo de su trayectoria.

Cree que para animar a que busquen un trabajo quienes cobran un subsidio se deben "adecuar los salarios y las condiciones de trabajo", que ahora en muchos casos califica de "pésimas".

"Soy partidaria de dar las ayudas para la gente que realmente las necesita" porque considera que "hay mucha gente que se acomoda a las ayudas y ya no busca trabajo o lo busca en negro" ya que "un subsidio no te da para vivir".

El pasado mes de marzo en Aragón, de las 52.688 personas registradas en las oficinas de empleo había 39.212 que tenían algún tipo de prestación. Esto supone una tasa de cobertura total del 80,5% y la cuantía media de prestación fue de 989,5 euros al mes. El subsidio se sitúa en 480 euros, pero con la reforma, cuando entre en vigor, se elevaría a 570 euros los seis primeros meses, para ir bajando los siguientes.

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