6 REGLAS BáSICAS PARA INVERTIR CON éXITO EN DIVIDENDOS

La inversión en dividendos es una estrategia sencilla y eficaz a largo plazo. Los dividendos son un porcentaje de los beneficios de la empresa que se distribuyen cada año entre los accionistas, según lo aprobado por la junta de accionistas. Por poner un ejemplo, es como si fueras socio de un restaurante que a final de año ha generado 100.000 euros de beneficio y los dueños decidís repartiros 10.000 entre vosotros.

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Muchas de las empresas que cotizan en bolsa tienen una política de retribución al accionista. Esto significa que cada año suelen destinar una cantidad de los beneficios a pagar dividendos, ya sea trimestral, semestral o anualmente. Las fechas de pago dependen de cada empresa, por lo que no todas reparten en los mismos meses. Y es importante tener en cuenta que no todas reparten dividendos, por lo que para esta estrategia esas empresas quedarán descartadas.

La ventaja de esta forma de invertir es que ofrece una rentabilidad recurrente sabiendo que cada año recibirás un pago de la empresa. Y sobre todo, resulta muy efectiva con el paso del tiempo, ya que permite que actúe la magia del interés compuesto.

La estrategia del interés compuesto consiste en reinvertir los intereses generados por una inversión, de forma que cada año tu patrimonio aumente. Cuantos más años pasen, más intereses recibirás de tu inversión gracias al interés compuesto. Este y otros son algunos de los puntos clave que hay que tener en cuenta al iniciar una estrategia de inversión en dividendos.

Amplia trayectoria pagando dividendos

No todas las empresas reparten dividendos. Algunas suelen pagarlos desde hace décadas, mientras que otras los reparten de manera intermitente.

En esta estrategia es fundamental que la inversión genere rentabilidades anuales, por lo que busca aquellas acciones de compañías que llevan muchos años pagando dividendos. Eso suele indicar que tienen una política de remuneración al accionista estable.

Empresas que suban los dividendos

Es importante invertir en empresas que con el paso del tiempo hayan ido aumentando gradualmente el pago de dividendos.

El aumento del dividendo demuestra que se trata de una empresa que suele tener un negocio que va bien, ya que cada año tiene un beneficio mayor que repartir entre los accionistas.

Pero aumentar el dividendo también significa evitar que nuestra inversión se deteriore debido a la inflación. Busca empresas que tiendan a aumentar los dividendos a lo largo del tiempo.

Negocios con barreras de entrada

Cobrar dividendos de manera recurrente es fundamental para esta estrategia, ya que son necesarios para reinvertirlos y para aprovechar el poder del interés compuesto.

Las empresas con más probabilidades de tener ingresos previsibles con los que respaldar su política de dividendos son las que tienen fuertes barreras de entrada. El concepto de barreras de entrada se refiere al hecho de que operan en sectores en los que es difícil que aparezcan nuevos actores que arrebaten a la empresa su posición preponderante en el mercado.

Hay varios motivos por lo que una empresa tiene una posición dominante en el mercado. Una puede ser porque se trate de un sector altamente regulado, como el eléctrico o el petrolero, o porque tenga una marca líder en su segmento, como ocurre con algunas compañías de refrescos.

Las tecnológicas no suelen ser buenas para la inversión por dividendos porque es un sector muy volátil. Nunca sabes cuándo puede aparecer una nueva red social o un software que revolucionen el mercado.

Para esta estrategia, busca empresas que creas que seguirán ocupando una posición de liderazgo dentro de 20 años.

Razonable reparto de los beneficios

Los dividendos salen de los beneficios. Es importante que el porcentaje de los beneficios que reparte en dividendos, conocido como “pay-out”, no sea muy elevado.

Si una empresa distribuye el 100% de sus beneficios a los accionistas, le quedará poco dinero para reinvertir en el negocio. Esa situación no es óptima para la estrategia de dividendos, porque si la empresa no reinvierte en el negocio para crecer, el futuro pago de dividendos puede estar en peligro.

También es importante que si una empresa incrementa su pago de dividendo, que no se produzca por un incremento del “pay-out”. Si eso ocurre significa que el aumento del dividendo no viene por una mejora del desempeño del negocio, sino porque la empresa está destinando una parte mayor de los beneficios para pagar a accionistas.

Eso es una mala señal porque supone que un dinero que podría usarse para reinvertir en el negocio está siendo sacado de la empresa para remunerar a los dueños.

Deuda controlada

Es importante invertir en empresas con niveles de deuda controlados.

Tener un alto nivel de endeudamiento puede significar que en algún momento habrá que destinar parte de los beneficios a pagar a los acreedores, con la consiguiente reducción de los dividendos.

Rentabilidad por dividendo razonable

La rentabilidad por dividendo es el porcentaje que muestra es un ratio financiero (dividendo/precio) que muestra cuánto paga una empresa en dividendos cada año en relación con el precio de sus acciones.

Es decir, si una empresa cuyas acciones valen 20 euros y paga 1 de dividendo, tendrá una rentabilidad por dividendo del 5%. Este porcentaje varía según el momento en el que se compren las acciones, ya que el precio fluctúa.

No es recomendable invertir en acciones que ofrezcan elevados porcentajes de rentabilidad por dividendo, ya que eso puede significar que la empresa está pagando un dividendo por encima de sus posibilidades y que, por lo tanto, podría ser reducido.

Unos niveles “normales” de rentabilidad por dividendo oscilan entre el 2% y el 6%.

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