EL DRAMA DE UN PORTERO INTERNACIONAL CON ALEMANIA: DE GASTAR 10.000 EUROS EN FACTURAS DEL MóVIL A VIVIR CON 2€
Eike Immel, actualmente con 63 años, fue internacional con la selección alemana y pasó por equipos de la talla del Borussia Dortmund, Stuttgart y Manchester City, momento en el que hizo una gran fortuna de dinero que le llevó a hacer "cosas que cualquier persona normal diría que no pueden ser ciertas". Así lo cuenta en una entrevista en Stat 1 en la que asegura que actualmente vive otra vida muy diferente. "No había pensado lo suficiente en el futuro", lamenta el exguardameta alemán.
Se retiró en 1997 y ganó muchos millones de euros, pero ahora tiene que pedir ayuda para poder vivir. Sus problemas económicos le han llevado a tener que vivir de las prestaciones sociales que le permiten tener un piso municipal en su ciudad natal, Stadtallendorf, y tener amigos que le facilitan el día a día, como pasa con uno que le deja comer gratis en su restaurante.
Immel confiesa que ha derrochado mucha pasta, de hecho, admite que el dinero nunca fue una preocupación hasta que en 2008 se declaró en bancarrota. "El dinero no era una preocupación para mí en el pasado. Solía vivir la vida. A veces mi factura de teléfono móvil ascendía a 10.000 euros al mes. Una Navidad gasté más de 26.000 euros en ropa para mi nueva novia. Pagué más de un millón de euros por mi casa, pero en un momento los alguaciles estaban en mi puerta", admite en la entrevista.
Su vida ahora es bien distinta. Actualmente recibe unas prestaciones al mes de 1.136€, de los cuales 573 van destinados al alquiler. Algo que para cualquier persona normal es su día a día, pero que para Immel es una montaña imposible de superar ya que es imposible mantener el nivel de lujos que se creó cuando era futbolista. "Solo me quedan 562 para otros gastos. Es una verdadera batalla llegar a fin de mes... A veces sólo me quedan 2 euros", explica el exportero del Manchester City en Stat 1. Su situación es tan dramática, dice, que "la oficina de impuestos dijo que les debía 935.000 euros y no pude pagarlos".
"Hice cosas que cualquier persona normal diría que no pueden ser ciertas... No había pensado lo suficiente en el futuro. Gestionar el dinero no es uno de mis puntos fuertes", lamenta.
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