WHATSAPP NO ES GRATIS: TE CONTAMOS CóMO LA APP TE «COBRA» AUNQUE NO CUESTE NADA Y NO TENGA PUBLICIDAD

Sin tarifas ni suscripciones. Sin anuncios. Sin vídeos ni spam. WhatsApp, la aplicación de mensajería creada por Jan Koum y Brian Acton en 2009, ya cuenta con más de dos mil millones de usuarios activos, lo que podría hacer pensar que se mantiene de la nada. ¿Cuál es el modelo de negocio de WhatsApp? ¿Cómo obtiene ingresos y por qué es gratuita para los usuarios?

WhatsApp no es gratis: te contamos cómo la app te «cobra»

WhatsApp Inc. comenzó su andadura con una ronda de financiación de 250.000 dólares, aportados por ex empleados de Yahoo que adquirieron el estatus de cofundadores. Posteriormente, la empresa recibió dos inyecciones de capital adicionales, una de 8 millones y otra de 52 millones de dólares. Esta financiación inicial fue suficiente para desarrollar la aplicación, cubrir los gastos del servidor y enviar los mensajes de confirmación a los usuarios.

En sus primeros años, WhatsApp operaba con un modelo de suscripción algo irregular: en algunos países, la descarga costaba un dólar, mientras que en otros el primer año era gratuito y después se cobraba un dólar anual por la renovación. En España, inicialmente, los usuarios de iOS solo pagaban una vez y obtenían una licencia perpetua. Sin embargo, en 2013 se introdujo una suscripción anual de 0,89 euros (posteriormente, 0,99 euros) para los nuevos usuarios de iOS. En Android, siempre hubo una suscripción anual, aunque a menudo estas suscripciones se renovaban automáticamente de manera inexplicable. Desde el punto de vista del usuario, pagar estas cantidades resultaba muy rentable en comparación con el coste de enviar SMS.

Sin cifras oficiales de ingresos, se estimaba que en 2013 WhatsApp tenía 400 millones de usuarios activos mensuales y generaba ingresos de algo más de 10 millones de dólares. Para la primera mitad de 2014, la cifra de usuarios activos mensuales había aumentado a 600 millones, y los ingresos alcanzaron los 15,91 millones de dólares. A finales de 2015, la consultora Activate afirmaba que WhatsApp generaba un promedio anual de ingresos de 6 centavos de dólar por usuario. Aunque hablamos de ingresos y no de beneficios, WhatsApp reportaba pérdidas durante esos años.

El estado financiero de WhatsApp no es público, ya que Meta no desglosa sus ingresos por empresa. Sin embargo, Forbes estimó que los ingresos de WhatsApp para el primer trimestre de 2022 se situaban entre 27 y 29 mil millones de dólares. Es lógico pensar que esto obedece a una estrategia inicial donde la prioridad de WhatsApp era el crecimiento, más allá de generar ingresos suficientes para mantener la aplicación. Al incrementar su penetración en el mercado, la aplicación se volvió indispensable y su base de usuarios creció considerablemente. Con el tiempo, esta estrategia demostró ser enormemente exitosa.

El rey de la publicidad

En 2016, Mark Zuckerberg entró en escena y realizó una gran inversión: Facebook adquirió WhatsApp por 19.000 millones de dólares más acciones de Facebook, elevando el total a unos 21.800 millones de dólares, y eliminó la tarifa de un euro que se cobraba a los usuarios.

El imperio de Zuckerberg se hizo con la aplicación más popular del momento, lo que proporcionó una plataforma incomparable para la monetización. El hecho de que la aplicación ya estuviera instalada y en uso en muchos teléfonos eliminó la necesidad de convencer a los usuarios de adoptarla.

Había varias razones por las que la compra de WhatsApp tenía sentido, pero una de las más atractivas era que Meta obtenía acceso a datos personales y de comportamiento del usuario, incluyendo la ubicación y las listas de contactos, a pesar de la encriptación de mensajes de extremo a extremo. No hay que olvidar que el principal negocio de Facebook son los anuncios.

Poco después, WhatsApp anunció un cambio en su política de privacidad que, al ser aceptada, permitía que WhatsApp y Facebook compartieran ciertos datos, como el número de teléfono. Aunque era posible aceptar los términos y desactivar la compartición de datos, esto no garantizaba estar completamente a salvo del rastreo.

Este punto es crucial porque, aunque retrospectivamente, nueve años después de la adquisición, las cifras oficiales no parecen muy prometedoras: solo se ha recuperado un 10% de la inversión, y a este ritmo, se necesitarían 25 años más para recuperarla. En la práctica, es importante entender que WhatsApp no es un ente independiente, sino una parte integral del conglomerado de Meta.

Pagan las empresas

Con la adquisición de WhatsApp por parte de Facebook, el modelo de suscripción de WhatsApp desapareció. Además, tampoco se introdujeron anuncios en la plataforma. Como se mencionó en el comunicado de WhatsApp que anunciaba la gratuidad del servicio:

«A partir de este año probaremos herramientas que te permitirán usar WhatsApp para comunicarte con negocios y organizaciones.»

Este mensaje era un indicio claro de que WhatsApp Business estaba en desarrollo. Este servicio permite a los usuarios crear perfiles empresariales y obtener verificación, lo que facilita la creación de perfiles comerciales, enlaces a su sitio web o página de Facebook, la configuración de respuestas automáticas, el uso de teléfonos fijos e incluso la integración de la API de WhatsApp for Business con su oferta de productos, agregando un valor significativo.

El producto estrella es la API de WhatsApp Business: esta herramienta permite a las empresas integrar WhatsApp Business en sus sistemas para comunicarse con sus clientes mediante notificaciones y responder a mensajes a través de plataformas como Zendesk, MessageBird, Twilio o herramientas de desarrollo propio.

Si al leer la frase en negrita anterior pensaste en spam, no serías la primera persona en hacerlo: por eso Meta restringió la capacidad de enviar mensajes solo a aquellas personas que hayan contactado primero con la empresa. No obstante, también permite enviar confirmaciones de envío, recordatorios de citas o tickets para eventos. Pero vamos a lo importante: el dinero. WhatsApp Business cobra a las empresas que superen las mil conversaciones. A partir de esa cantidad, se cobra por mensaje a un precio que varía en función de bloques por millones. Además, WhatsApp cobra a las empresas por las respuestas lentas. ¿Cuánto? Las primeras 24 horas son gratis y luego entre 5 y 9 céntimos de dólar por cada mensaje, dependiendo del país y del tipo de empresa. Eso sí, si optas por quedarte con WhatsApp Business sin usar la API ni plataformas automatizadas, puedes hacerlo. Esto tiene sentido si eres un pequeño negocio, pero si tu negocio tiene millones de clientes (por ejemplo una aerolínea), no es tan sencillo.

¿Y WhatsApp Premium? Aunque Telegram tiene su versión Premium de pago para usuarios, el equivalente de WhatsApp será una suscripción opcional para empresas que proporciona herramientas extra, como la posibilidad de crear un catálogo de productos o mensajes de autorespuesta. Hablamos en futuro porque todavía está en fase de despliegue y no hay precios oficiales.

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