UN VASO CON FRUTA POR 180 EUROS Y UNA CERVEZA POR 42: LOS PRECIOS DISPARATADOS DEL GP DE MIAMI ABREN DEBATE

Un menú de andar por casa. Low cost y accesible a cualquiera. El glamour que dan a Miami Tom Brady, Kendall Jenner, Bizarrap o el toque excéntrico que aporta Donald Trump 'obliga' de alguna manera a disparar, más si cabe, los ya de por sí elevados precios que pululan por Florida. Y no es la primera vez que ocurre porque Las Vegas ya abrió el melón. Si a eso se añade el multiplicador de la Fórmula 1, el resultado final es tener que tirar de chequera para pagar hasta 167 euros por unos simples nachos en la zona VIP.

Eso sí, éxito de asistencia al circuito superando cifras del pasado: 275.000 personas este año. Aunque la mayoría no gozan de butacas de piel y nobles vistas. Le ha venido de lujo a la organización el hecho de que el Gran Premio de Miami F1 haya roto récords de audiencias televisivas: 3,1 millones de personas de media vieron la carrera en Estados Unidos, según la cadena ABC.

Como el sofocante calor de Florida da sed, por el paddock VIP del Autódromo de Miami, situado en el imponente estadio de los Dolphins, se ofrece medio litro de cerveza Heineken por 42 euros. Si se opta por otras bebidas espirituosas más lujosas, una botella de Jack Daniel's cuesta cerca de 550 euros y una de vodka casi 600. Resulta curioso tener que pagar 140 euros por entrar al recinto, aunque sin la opción de ver un monoplaza. Solo escucharlo de lejos.

En proporción cantidad-rascarse el bolsillo, los precios cobran otra dimensión si se pone la vista en la comida. Hay que desembolsar por un pequeño vaso de fruta fresca 177 euros y por un poke hasta 149 euros. No se queda corto un bocadillito de langosta (lobster roll lo llaman allí) por 265, unas alitas por 170 o un plato combinado por 250 euros.

Aunque para acceder a esta privilegiada barra de oro hay que pagar más, casi 1000 euros extra, que es lo que vale la entrada al Hard Rock Beach Club, una de las zonas de restauración del circuito. Superexclusiva, claro. Da el derecho a probar otros selectos productos como el caviar por unos 400 euros. Es lo que tiene pasear con el sofocante calor de Miami rodeado de influencers como Gianlucha Vachi o cantantes como Ozuna o Arcángel.

Aunque el golf también sea un deporte elitista, los precios de su evento homólogo en Miami sí son realistas y dejan en mal lugar a los del Gran Premio de Miami F1. Son similares a los de cualquier bar de barrio. Su LIV Golf ofrece una bolsa de patatas por poco más de un euro o unos cacahuetes por el mismo importe.

En el apartado de las bebidas, más de lo mismo: una botella de agua vale menos de dos euros y una cerveza, se desconoce el tamaño, menos de cuatro. Los precios del golf, sin duda, están en otra galaxia respecto a los del Gran Circo. Al menos, respecto a los de Miami y todo el glamour que rodea a la categoría reina del automovilismo. En Fórmula 1 cada vez se paga más por todo y ahora falta ver qué tarifas impondrán nuevos circuitos como el de Madrid.

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