LA CLAVE PARA MEJORAR NUESTRA SALUD MENTAL, SEGúN HARVARD
Ya sea en mayor o menor medida, todos hemos experimentado que alguien nos haga daño, algo que ha podido deteriorar nuestra salud mental. Lo más seguro es que hayamos estado dolidos y que, incluso, hayamos guardado rencor durante un tiempo.
A veces, queremos que esa persona sufra un daño parecido al nuestro, otras, simplemente, nos cuesta verlos o gestionar la situación y la relación que tenemos con ellos. Pero, lo cierto es que no es beneficioso para nadie que mantengamos ese resentimiento.
Guardar ese rencor, al final, puede jugar en nuestra contra y suponer un deterioro en nuestra salud mental. Según un estudio de Harvard, el aprender a perdonar es, precisamente un factor que puede beneficiar tremendamente a la salud mental.
El estudio contaba con casi cinco mil sujetos de distintos países que afirmaban que alguien les había hecho daño, y se les hizo trabajar en un cuadernos de actividades relacionados con el perdón. Este incluía estrategias para comprender sus propios sentimientos, pero también para sentir empatía con el otro.
Tras dos semanas completando estos ejercicios, los participantes afirmaron que notaban que sus síntomas de ansiedad eran menores, en comparación a quienes no habían realizado el cuaderno de actividades.
“Perdonar a alguien que te ha hecho daño nunca es fácil, pero quedarse estancado en lo que ha pasado y revivirlo una y otra vez puede llenar tu mente de pensamientos negativos e ira reprimida”, afirmó el Doctor Tyler VanderWeele, codirector de la Iniciativa de Salud, Religión y Espiritualidad en el Harvard T.H. Chan School de Salud Pública. “Cuando aprendes a perdonar, dejas de estar atrapado por las acciones pasadas de los otros, y puedes sentirte, por fin, libre”.
Hay dos formas de perdonar: la decisional y la emocional. La primera significa que tomamos una decisión consciente de sustituir nuestros malos pensamientos con buenas intenciones: dejamos de desearle algo malo al otro. La emocional significa que pasamos página y dejamos de vivir en esas acciones pasadas. Este tipo de perdón requiere más tiempo y lo más seguro es que los sentimientos negativos vuelvan en algún momento.
Algunos estudios afirman también que perdonar es más difícil para los hombres. No se tiene muy claro el por qué, pero se piensa que es porque, tradicionalmente, siempre se han obligado a reprimir sus emociones, y lo más seguro es que no sean capaces de admitir que algo les sigue molestando aunque haya pasado el tiempo.
Como todo, la habilidad para perdonar se puede practicar en el día a día. Puede ser en cosas simples. Como, por ejemplo, cuando alguien es borde con nosotros sin razón, debemos pensar que lo más seguro es que no sea algo personal contra nosotros, sino que ese día estará pasando por algo que le hace actuar así. De esta forma, podremos impedir que los pensamientos negativos se adueñen de nuestra mente.
Cómo aprender a perdonar
Para gestionar situaciones que nos han hecho daño de verdad, debemos, en primer lugar, analizar qué nos han hecho y por qué nos ha dolido tanto. Debemos dejarnos a nosotros mismos sentir ese dolor para poder pasar página.
Después, debemos intentar ponernos en el lugar del otro. Normalmente siempre hay una razón por la que han hecho lo que han hecho. No tenemos que minimizar el dolor que hemos sentido, pero sí analizar si lo que pasó fue personal o si simplemente tiene que ver más con lo que ellos mismos estaban viviendo.
Así, nos daremos cuenta de que seguramente nosotros también habremos hecho daño a alguien en otras ocasiones y nos han perdonado. Ser conscientes de esto nos ayudará a asimilar que perdonar es un regalo altruista que no solo ayuda a la otra persona, sino también a nosotros mismos.
Guardar resentimiento ante algo o alguien finalmente solo nos causará un malestar a nosotros mismos, porque estaremos constantemente ansiosos por lo ocurrido. Por supuesto que hay situaciones en las que no podemos perdonar de un día para otro, pero sí tomarnos nuestro tiempo, estar abiertos a la comprensión y hacerlo cuando estemos preparados para ello. Al final, perdonar nos dará esa paz mental que tanto ansiamos.