AUTOCUIDADO: HáBITOS FáCILES QUE MEJORAN TU BIENESTAR Y TAMBIéN TU SALUD MENTAL

Todas hemos sentido, en un momento u otro, la necesidad de hacer cambios en nuestra vida para recuperar el bienestar emocional y sentirnos mejor. El problema es que solemos pensar en cambios drásticos que nos tendrían que llevar rápidamente a los objetivos que nos hemos marcado. Pero, ¿y si te dijéramos que introducir algunos hábitos sencillos en tu día a día puede tener efectos sorprendentes?

El especialista en formación de hábitos de larga duración, James Clear, defiende en su libro Hábitos atómicos (Editorial Diana) que "los hábitos que en un principio pueden parecer pequeños y poco significativos, se transformarán en resultados extraordinarios si tienes la voluntad de mantenerlos durante años". El autor asegura que nuestro bienestar depende de "nuestros hábitos cotidianos y no de transformaciones drásticas que se realizan una vez en la vida".

Por ello, vamos a proponerte hábitos fáciles que te ayudarán a sentirte mejor y más motivada para alcanzar las metas que te propongas. Como asegura Clear en su libro "si mejoras tus hábitos, cualquier cosa es posible".

Cómo adquirir nuevos hábitos y mantenerlos

Antes de adentrarnos en los hábitos que nos pueden ayudar a sentirnos mejor, vamos a descubrir qué es exactamente un hábito y cómo podemos adquirirlo. 

Un hábito es una rutina que practicamos con regularidad hasta llegar a realizarla de manera automática. Por ello, la clave del éxito para adquirir nuevos hábitos es ser capaces de integrarlos en nuestra vida de la manera más sencilla posible.

Como dice James Clear, "para desarrollar un hábito, necesitas practicarlo". Y nos pone un ejemplo muy gráfico. Si decides hacer más ejercicio y te apuntas a un gimnasio, elige uno que esté de camino al trabajo. Así podrás integrar esta nueva actividad sin cambiar demasiado tu rutina diaria. Si eliges un gimnasio lejos del trabajo o de casa, necesitarás un mayor esfuerzo para ir y mantener tu propósito de incrementar tu actividad física. 

Otro aspecto que nos ayudará a consolidar nuevos hábitos es trazar un plan para decidir  cuándo vamos a empezar a practicar nuestra nueva rutina y cómo vamos a mantenerla en el tiempo.  No basta con decir "voy a comer más sano" o "voy a hacer más ejercicio". Necesitamos concretar de qué manera vamos a empezar a practicar ese hábito.

El autor de Hábitos atómicos nos da un buen consejo para empezar a implementar un hábito en nuestra vida. "Si no estás seguro de cuándo iniciar tu hábito, intenta hacerlo el primer día de la semana, del mes o del año. Un nuevo comienzo siempre resulta motivante". 

Clear también nos propone algunas estrategias para adquirir buenos hábitos de la manera más sencilla posible. Por ejemplo, si vas a ir al gimnasio a primera hora deja la bolsa preparada por la noche, para que no tengas la excusa de que no has tenido tiempo de prepararla por la mañana. O si has decidido no mirar el móvil antes de irte a dormir, déjalo en otra habitación para no tener la tentación de consultarlo. 

Cuando te propones introducir nuevos hábitos para mejorar tu bienestar, puedes sentirte tentada de ponerte metas muy altas. Si nos dejamos llevar por la emoción y nos proponemos hacer muchos cambios de golpe podemos fracasar y sentirnos frustradas. Para evitarlo, prueba  la regla de los dos minutos de David Allen, autor del libro Organízate con eficacia: "Cuando empiezas un nuevo hábito, no debe llevarte más de dos minutos". 

¿Te has propuesto leer cada noche antes de acostarte?: empieza por leer una página cada día. ¿Has decidido hacer ejercicio?: ponte una zapatillas deportivas. Aunque tu objetivo sea correr cada día empieza por el gesto más sencillo y ve acercándote a tu meta poco a poco. 

Hábitos sencillos que mejorarán tu bienestar emocional

A continuación vamos a proponerte algunos hábitos sencillos, fáciles de integrar en tu día a día, que tienen el poder de hacerte sentir mejor, y que te harán recuperar la motivación necesaria para desarrollar todo tu potencial. Son pequeños cambios que, si los mantienes a lo largo del tiempo, te ayudarán a mantenerte emocionalmente equilibrada y más feliz.

Comer más sano

Los hábitos encaminados a cuidarte son muy importantes para sentirte mejor contigo misma. Un estudio reciente publicado en la revista American Jornal of Public Health ha demostrado que un mayor consumo de fruta y verdura mejora nuestra salud emocional, reduciendo el estrés y la ansiedad. Así que, un buen hábito puede ser empezar a comer más sano. Para que sea más fácil integrar esta rutina en tu vida empieza por hacer cambios en tu próxima compra en el supermercado. Evita los alimentos poco saludables: si no están en tu despensa no los comerás. Y un consejo: no empieces a practicar este nuevo hábito el día que tienes una comida con los amigos.

Empezar a hacer ejercicio

Introducir el ejercicio físico en nuestra rutina diaria hasta convertirlo en un hábito nos ayudará a sentirnos más activas y motivadas. Si quieres empezar a tener una vida menos sedentaria puedes proponerte coger menos el coche y hacer tus desplazamientos caminando o en bicicleta, siempre que sea posible, o subir escaleras en lugar de coger el ascensor. Es un primer paso para integrar la actividad física en nuestro día a día sin demasiado esfuerzo. 

Cultivar nuestra vida social

Las relaciones sociales son muy importantes para tener una buena salud emocional. Está demostrado que tener relaciones de amistad sanas con personas que nos hacen sentir bien mejora nuestro estado de ánimo. Intenta robar tiempo a tus obligaciones y haz un hueco para verte con tus amigas regularmente. Ese tiempo que pases con ellas será una inversión a favor de tu salud mental.

Acabar con los hábitos tóxicos

Para nuestro equilibrio emocional tan importante es adquirir hábitos positivos como desterrar los negativos. Además de los malos hábitos relacionados con la salud, como fumar, beber demasiado o comer mal, hay otros hábitos que también pueden dañar nuestra salud mental. Por ejemplo, si sientes que dedicas demasiado tiempo a mirar tus redes sociales en el móvil y lo que ves influye negativamente en tu estado de ánimo, es el momento de empezar a reducir las horas que pasas frente a una pantalla. Un buen consejo es dejar de mirar el móvil cuando llegues a casa del trabajo y evitar consultarlo antes de irte a dormir. Si es necesario déjalo en otra habitación para no tener la tentación de consultarlo. 

Buscar retos que nos motiven

Perseguir una meta y trazar un plan para conseguirla nos ayudará a sentirnos más motivadas y animadas. No tener objetivos que alcanzar y dejarnos llevar por la rutina puede hacer que caigamos en el desánimo. Por ello, es muy importante buscar actividades que nos gusten, que nos supongan un reto que, una vez alcanzado, nos hará sentirnos orgullosas de nosotras mismas. 

Tener una actitud positiva

Si somos capaces de tener una actitud más positiva ante la vida, nuestra salud emocional mejorará. No se trata de caer en un positivismo tóxico que nos haga pensar que todo nos va a salir bien. Se trata de aceptar que en la vida nos pueden pasar cosas negativas pero que lo importante es como las afrontamos. Ver la parte positiva de las cosas y no dejarnos arrastrar por pensamientos negativos nos hará sentirnos más equilibradas y felices.

Meditar para relajarnos

La meditación o el mindfulness son actividades fantásticas para relajarnos, reducir nuestros niveles de estrés y encontrar la paz mental. Por ello, convertir la meditación en un hábito puede tener consecuencias muy positivas para tu salud emocional. Si no has meditado nunca, ten paciencia. Al principio puede costarte, pero si eres constante verás como unos minutos de meditación al día calmarán tu mente y te ayudarán a combatir eso pensamientos negativos que te impiden dar lo mejor de ti misma.

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