Saber cuál de las cuatro formas principales de envejecimiento es la nuestra, es una de las claves biológicas de la longevidad..
El envejecimiento es un proceso que único y diferente en cada persona. Los avances científicos nos están permitiendo comprender mejor las peculiaridades del genoma humano e incluso, la próspera industria de la longevidad promete ayudarnos a cumplir más de 100 años. El envejecimiento se refiere al proceso de deterioro natural que ocurre en el cuerpo con el tiempo, mientras que la longevidad se refiere al tiempo que vive un individuo. El envejecimiento y la longevidad son procesos que involucran factores genéticos, bioquímicos y ambientales.
Según Michael Snyder, uno de los mayores expertos mundiales en genética, presidente del Departamento de Genética y director del Centro de Genómica y Medicina Personalizada de la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford, "hoy, la genómica, es parte de un movimiento más amplio hacia la medicina personalizada, está a punto de revolucionar la atención médica. Al cruzar la secuencia genética de un individuo (su genoma) con elementos de "Big Data"" seremos capaces de detectar, desde la propia medicina de cabecera, enfermedades prenatales o tratamientos contra el cáncer. Así lo explica en Genomics & personalized Medicine. What Everyone needs to know (2016). En este contexto, una de las grandes aportaciones de la genómica ha sido el ageotipo
Un ageotipo es un patrón que refleja cómo cada individuo experimenta y expresa su propio proceso de envejecimiento, explica Snyder. Pero, "el ageotipo es más que una etiqueta; puede ayudar a las personas a concentrarse en los factores de riesgo para la salud y encontrar las áreas en las que es más probable que encuentren problemas en el futuro". Los estudios realizados por este experto en genómica muestran que "es posible cambiar la forma en que envejeces para mejor". Existen cuatro tipos de ageotipos o vías biológicas de envejecimiento: el metabólica, el inmune, el hepático (hígado) y el nefrótico (riñón). Cada uno de ellos se refiere a la forma principal en la que tú, personalmente, estás envejeciendo. Es decir, que si somos capaces de detectar nuestro ageotipo seremos capaces de centrar el cuidado de esa parte de nuestro organismo que envejecerá antes y que arrastrará al resto del cuerpo tras sí. Al hacerlo, podremos retrasar su envejecimiento y vivir más y mejor.
Para detectar los cuatro ageotipos, el equipo de Stanford tomó muestras regulares de sangre, heces y otros elementos biológicos para estudiar diferentes moléculas del cuerpo y detectaron 4 vías biológicas fundamentales de envejecimiento o arquetipos:
Cada persona puede tener uno o varios ageotipos, es decir, que nos son excluyentes entre sí. Y añade Snyder: "El hecho de que un individuo tenga uno o más de los cuatro ageotipos no significa que no esté envejeciendo también por otras vías biológicas. El ageotipo representa las vías principales en las que los biomarcadores de envejecimiento son más pronunciados". Conocer tu ageotipo puede ser una herramienta poderosa para prevenir el envejecimiento pero, a día de hoy, no hay pruebas disponibles de fácil acceso. Se necesitan una gran cantidad de datos, recopilados durante periodos largos de tiempo, para determinar esta información, sin embargo, quizá todo sea cuestión de tiempo. La ciencia genómica se desarrolla a pasos agigantados.
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