EL MAYOR ERROR QUE TODOS COMETEMOS EN EL TRABAJO Y QUE ESTá DETERIORANDO NUESTRA SALUD MENTAL

Gozar de una buena salud mental es fundamental a la hora de ser felices, porque, sin ella, nunca podremos alcanzar el bienestar absoluto. A pesar de saberlo, a veces, llevamos a cabo de forma inconsciente ciertos hábitos o tenemos actitudes determinadas que nos impiden encontrarnos bien emocionalmente y que, de hecho, pueden incluso deteriorar nuestra salud mental.

También te puede interesar:

Nos ocurre mucho en el trabajo. En ocasiones, estamos a punto de explotar, porque nos sentimos saturados y llegamos a pensar que no podemos más y, aún así, tenemos la sensación de no estar trabajando lo suficientemente duro, ya sea por presiones externas, por no estar obteniendo los resultados que queremos o simplemente por pura autoexigencia. En esos momentos, solemos pensar que incluso el tomarnos tiempo para nosotros es una pérdida de energía.

Esto es lo que se conoce como productividad tóxica y adoptarla probablemente sea el mayor error que podemos cometer en cualquier entorno laboral. Está claro que el intentar ser productivo es bueno y supone una muestra de nuestro esfuerzo, constancia, compromiso y ambición. Sin embargo, como ocurre con todo, el obsesionarnos con ello puede ser muy perjudicial para nuestra mente y nuestro cuerpo.

Esta productividad se vuelve tóxica cuando sentimos una presión excesiva y nos obsesionamos con ser productivos todo el tiempo, priorizando todo lo que tenemos que hacer frente a nuestro propio bienestar. Esto, al final, puede derivar en problemas como la ansiedad, el insomnio, el agotamiento, problemas de autoestima o incluso depresión. Pero, ¿cómo podemos saber si nuestro concepto de productividad es nocivo? Básicamente hay 5 señales que lo indican.

La primera es evidente, y es el hecho de no parar ni un segundo todo el día. Se trata de esos momentos en los que sentimos que nunca tenemos el suficiente tiempo para hacer todo lo que tenemos que hacer, vamos con prisa a todos lados y solo somos capaces de relajarnos cuando hemos terminado nuestras tareas. Sentimos una falsa sensación de urgencia que nos hace sentir ansiosos, porque nuestro cerebro lo interpreta como una situación de peligro.

Aparece entonces el instinto de pelea o huida que nos impide vivir con tranquilidad. Para remediarlo, simplemente tenemos que decirnos a nosotros mismos que es hora de frenar, tomándonos el tiempo para practicar técnicas de relajación o de respiración cada día.

De la misma forma, si sufrimos de esta productividad tóxica, cuando no conseguimos terminar todo lo que nos habíamos propuesto, nos sentimos culpables y mal con nosotros mismos. Sentimos que nunca somos suficientes y estamos constantemente frustrados, porque nos exigimos más que a los demás.

Esto casa con la tercera señal: el sentir que nuestro valor está determinado por nuestra productividad. Debemos asumir que la productividad varía cada día, porque ningún día es igual al anterior por motivos que ni siquiera podemos controlar. Tenemos que intentar hablarnos a nosotros mismos como hablaríamos a un amigo o familiar, porque ello nos ayudará a ser más comprensivos y a ver las cosas de forma objetiva.

Nos cuesta relajarnos, porque la productividad suele venir acompañado de una sensación de recompensa y sentirnos bien y nos volvemos adictos a ella. No somos conscientes de que, con el tiempo, nos será más difícil seguir manteniendo ese ritmo de vida, y que dejaremos de sentirnos bien. Comenzaremos a estar frustrados e irritables, y no podremos disfrutar nunca del presente.

Esto, al final, nos lleva a la última señal: el no ser capaz de cuidar a nosotros mismos. El autocuidado nos parece una pérdida de tiempo cuando nos obsesionamos con la productividad. Dejamos de hacer ejercicio, de dormir bien, de llevar una dieta equilibrada, además de no hacer tiempo para nuestros seres queridos ni para nuestros hobbies.

Para solucionarlo, debemos reservar cada día tiempo para relajarnos, por mucho que nos cueste. Necesitamos resetear para poder seguir con nuestra vida y enfrentarnos a las adversidades que pone en nuestro camino.

La productividad es importante, pero no debemos dejar que consuma nuestro trabajo ni nuestro día a día. Encontrar un equilibrio es fundamental para no deteriorar nuestra salud mental.

2024-03-19T14:49:43Z dg43tfdfdgfd