Si hay algo indiscutible en esta vida es que el reloj no se detiene... para nadie. El paso del tiempo es inevitable en todos los sentidos, pero con el avance de la ciencia se han descubierto diversas maneras de "pararlo" o, al menos, retrasarlo.
Hablamos, en esta ocasión, de la piel, en concreto, de la aparición de las odiosas arrugas. Suelen aparecer a partir de los 30 años, aunque dependerá, en gran parte, de los siguientes factores:
Más allá de los tratamientos cosméticos y las cremas "milagrosas", la clave está en la alimentación. Diversos estudios y expertos coinciden en que lo que ponemos en nuestro plato puede influir significativamente en la salud y apariencia de nuestra piel, especialmente en la batalla contra las arrugas y los signos del envejecimiento.
La alimentación, por sí sola, no evitará la aparición de las arrugas pero sí ayudará.
El exceso de azúcar en nuestra dieta puede acelerar un proceso natural de la piel llamado glicación. Este proceso, según el nutricionista Carlos Gracia Laguna, de Viamed Montecanal (Viamed Salud), "daña el colágeno y la elastina, proteínas encargadas de mantener la piel firme, lisa y sin arrugas".
Por lo tanto, evitar el exceso de azúcar es clave para favorecer a la aparición de arrugas.
Según el nutricionista Gracia Laguna, los alimentos ricos en antioxidantes, ácidos grasos omega-3 y vitaminas específicas son fundamentales para retrasar la aparición de arrugas. Entre ellos se encuentran:
Además de incorporar estos alimentos beneficiosos, como ya hemos comentado, es crucial evitar aquellos que pueden acelerar el proceso de envejecimiento de la piel.
El exceso de azúcares añadidos, productos de panadería, comidas rápidas grasas, alcohol y carnes procesadas son algunos de los principales culpables señalados por los expertos.
Más allá de la dieta, adoptar ciertos hábitos puede potenciar los efectos positivos en la piel:
Incorporar una variedad de estos alimentos en la dieta diaria y mantener estos hábitos de forma consistente es la clave para obtener resultados duraderos. Consultar con profesionales como dermatólogos o nutricionistas puede proporcionar recomendaciones personalizadas para maximizar los beneficios para la piel.
Todos estos consejos y hábitos son recomendables para todas las edades, ya que, como el propio experto indica, "cuanto antes se empiecen a incorporar estos hábitos, más tiempo tendrá la piel para mantener su elasticidad y firmeza".
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