¿QUIERES ADELGAZAR DE FORMA SEGURA? LAS 4 COSAS QUE TIENES QUE HACER Sí O Sí

Adelgazar nunca parece una tarea sencilla, mucho menos en verano. La fórmula de las vacaciones, es decir, ese tiempo que tenemos para dejarnos llevar y todos aquellos productos que nos invitan a refrescarnos el estómago no suelen dar como resultado menos kilos, sino más bien todo lo contrario. Es por eso que más de uno acaba tirando la toalla, literalmente, depositando todas sus esperanzas en septiembre.

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Sin embargo, el verano es también el momento del año en el que más eventos se nos acumulan. A todos ellos queremos ir sintiéndonos a gusto con nuestro cuerpo, con esa sensación irrefutable de que estamos en forma. ¿Acaso hay solución? Resulta que sí. Y no, no hay que poner en riesgo nuestra salud para conseguirlo.

Perder peso rápido ha tomado el significado de una fórmula tan poco saludable como la inversa. Que si restricciones extremas, que si infinitas horas haciendo ejercicio… Nada de esto, por más que lo creas, resultará verdaderamente eficaz. Para conseguirlo tienes, sobre todo, que disfrutar de tu estilo de vida. Estos 4 pasos te ayudarán a empezar:

Hidratarse es necesario

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No solo en verano, sino en cualquier momento del año. Beber agua es, además, fundamental para perder peso. Como explican desde Men’s Health, mantener el cuerpo hidratado durante y después de las comidas te ayudará a sentirte más lleno por más tiempo, lo que evitará que necesites picar una y otra vez a lo largo de todo el día. Y no solo eso, ya que también puede ayudar a impulsar tu metabolismo, lo que hará que a la hora de hacer ejercicio quemes más calorías.

Descarta los alimentos procesados

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Cuantos menos productos precocinados, fritos y sucedáneos de alimentos naturales, siempre mejor. Los alimentos naturales, apuntan los expertos, son más fáciles de descomponer. Además, los procesados lo son en gran parte porque cuentan con más calorías innecesarias. ¿Quiere decir esto que hay que huir de ellos? Basta con consumirlos lo menos posible, es decir, con que no formen parte de tu alimentación diaria.

Escucha las señales de tu cuerpo

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El cuerpo es sabio, ya lo dice el dicho. En esta intuición está la clave: come cuando tengas hambre y no comas cuando no la tengas. No es cuestión de sobrepensar y mantener el piloto automático de la alerta, sino de escucharnos, eso que a menudo se nos olvida.

Añade actividad

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Es cierto que el calor ralentiza a cualquiera, y que no es el mejor momento para el ejercicio, pero con todo ello puedes encontrar pequeñas formas de agregar actividad adicional en tu día a día. Como señalan, en gestos de lo más cotidiano, como usar las escaleras en lugar del ascensor, aparcar más lejos de casa o aprovechar que sacas a tu perro a pasear para estirar y hacer algunos movimientos extras.

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