ASí VIAJAN LOS QUE (DE VERDAD) TIENEN DINERO

“Lujo es libertad”, dice Alberto Rodríguez, director de Zelandia Walk y travel designer. “Experimentar sensaciones, sentir la autenticidad de los lugares y tener una vivencia íntima es el nuevo lujo, ese que sólo ofrecen los expertos con los mejores contactos en cada país”, añade.

Aunque Georgina Rodríguez nos haya enseñado que con una cuente corriente poco corriente, coger jets privados como si fueran Ubers mientras devoras jamón ibérico y observas tus nuevos Birkin no es una excepción, quienes se dedican a organizar viajes para los privilegiados creen que lo verdaderamente extraordinario va más allá. “Nuestros clientes no se van de vacaciones: viajar es su estilo de vida”, aclara a The Cut Jaclyn Sienna India, creadora de la agencia de viajes members-only Sienna Charles.

Money, money, money…

¿Soy la única que tiene en mente una pregunta que en cuanto escriba, va a dejar claro que estoy lejos de pertenecer al 1%? ¿Cuánto cuestan este tipo de escapadas? Me pasa como a Rosalía, que en Millònaria canta “Yo sé que nací para ser millonaria”, y aunque yo también lo sé, al parecer, la vida tiene otros planes para mí…

“En España estamos acostumbrados a huir de las conversaciones que tienen que ver con costes y presupuestos. Sin embargo, es importante, puesto que la horquilla puede ser infinita. En el caso particular de Zelandia y con el fin de asegurar que aquellos que viajan tienen una experiencia inolvidable, siempre hay marcado un nivel mínimo de calidad de servicio y de tipo de alojamientos y experiencias. Esto hace que sí se pueda hablar de unos costes mínimos en función del viaje”, asegura Alberto Rodríguez, que comenta que en muchas ocasiones, ante la falta de información presupuestaria, supone realmente beneficioso conocer personalmente a las personas que van a viajar.

“Reunirnos a menudo en sus domicilios, hablar de otros viajes que han hecho anteriormente y saber algunas de sus aficiones, ayuda a tener una idea. En muchas ocasiones, las personas que viajan con nosotros lo hacen año tras año, incluso varias veces al año, por lo que conocemos bien las particularidades de cada persona, sus caprichos, sus gustos, lo que valoran más de un viaje y aquello a lo que no les dan un valor añadido. Es una relación personal que va creciendo con el paso de los años y evoluciona según las diferentes etapas vitales por las que pasa cada uno”, dice.

Por su parte Bárbara Cortés, diseñadora de viajes de lujo, comenta que precisamente una de las diferencias entre los verdaderamente adinerados y el resto es la forma en la que se trata el presupuesto. “Quienes no pertenecen al espectro de los viajeros deluxe, aunque también valoran el asesoramiento y el trato personalizado que les ofrece una agencia de viajes a medida, dan mucho peso al factor precio y comparan entre varias opciones. El precio suele ser determinante para la elección final del destino e incluso, en muchas ocasiones, para la elección de la agencia de viajes con la que finalmente contratarán su viaje”, asegura.

“En mi caso, si se trata de un cliente habitual, no hablamos de precios, porque ya conoce mi propuesta de valor. Para esa persona, el precio no es prioritario. No obstante, si se trata de un nuevo cliente, en nuestra primera reunión sí establecemos una horquilla de presupuesto aproximada para poder ofrecerle un asesoramiento idóneo y unos servicios que encajen al máximo con sus deseos y necesidades”, aclara.

Personalización e intimidad

Mi concepto de viaje de lujo es tener pensión completa, una “extravagancia” que jamás he puesto en marcha, por lo que cuando hablo con Enrique Miró-Sans, director de Portella, un hotel boutique en Palma de 14 habitaciones, sólo puedo pensar en esos desayunos personalizados que han hecho de este lugar de ensueño un codiciado enclave de Mallorca en el que además, una de las gestiones más tediosas de hospedarse en un hotel se torna sumamente agradable.

“Intentamos evitar el aspecto transaccional del registro. El día a día habitual de nuestros clientes ya está lleno de decisiones, por lo que queremos evitar situaciones de estrés y que perciban que todo está bajo control. Nosotros nos ocupamos de cualquiera de sus necesidades”, explica Enrique Miró-Sans. “Pueden desconectar el cerebro, y la forma de hacerlo es avanzando la documentación y efectuando el proceso de papeleo previo a su llegada o cuando el cliente está en su habitación”, asegura.

Desayunos personalizados, viajes a medida, planes en los que el presupuesto es infinito y cómo no, la posibilidad de disfrutar de exclusividad y privacidad incluso en los lugares más turísticos, porque no todo el mundo quiere irse a una isla que ni siquiera Google Maps reconoce, son las claves de los viajes deluxe.

“Bajo mi punto de vista, el lujo de hoy en día es poder viajar a lugares poco transitados o hacerlo a lugares atestados de turistas, pero en los que no te des cuenta de ello. Experimentar sensaciones, sentir la autenticidad de los lugares y tener una vivencia íntima es el nuevo lujo que sólo te pueden ofrecer los expertos con los mejores contactos en cada país”, dice Alberto Rodríguez. Incluso viajar a Mallorca sin que una pelota hinchable te golpee la cabeza es posible.

“Valoramos mucho la intimidad de nuestros clientes, y Palma es una ciudad muy concurrida. Llegar a Portella, sentarse en su patio con las plantas y el ruido del agua, viviendo la experiencia de una auténtica casa mallorquina del casco antiguo de Palma, tiene que ser un bien sólo al alcance de nuestros clientes, para que puedan descansar y conectar con lo verdaderamente les importa. Al final se trata de dotarlos de lo mejor de una casa, y una de las características es la privacidad”, asegura Enrique Miró-Sans.

El lujo silencioso llega a los viajes

Rodríguez, lejos de hablar de “destinos predilectos”, prefiere hablar de “conceptos predilectos”. “Por un lado, está lo remoto y paradisíaco, donde se busca descansar y comer bien con un entorno único como telón de fondo; desde una isla privada con aguas cristalinas y villas frente al mar (o sobre él), hasta ver el fondo de los océanos ó casi rozar el espacio exterior. Por otro lado, están aquellos que buscan interactuar, los que buscan el choque e intercambio cultural del lugar que visitan. En este caso, las personas que viajan con presupuestos más generosos tienen la posibilidad de visitar lugares de un modo distinto, a través de rutas menos exploradas, llegando a monumentos alejados de las vías más comunes que hacen que la experiencia sea radicalmente distinta, interactuando con pobladores locales o viendo escenas costumbristas que de otro modo, sería imposible experimentar”, asegura.

Indica que los casos más nicho podrían ser llegar a lugares que casi nunca han sido visitados, ya sea en las profundidades de los océanos, alejándose de la tierra e incluso explorando tierras como la Antártica.

Bárbara Cortés indica que existen muchos niveles de lujo: el Premium, el Gran lujo, el Ultra Lujo... “Dentro de estos, el llamado lujo silencioso es el estilo menos ostentoso, cediendo el protagonismo a lo experiencial, a la autenticidad y no tanto a lo material”, explica. “En general, el cliente high ticket prefiere destinos poco masificados en el que pueda disfrutar, con absoluta discreción, de tiempo de calidad con los suyos en un entorno natural, relajado y rodeado de belleza. Por supuesto, la elección de los alojamientos debe ser esmerada, pues tiene un papel muy importante en su viaje, al igual que el diseño de experiencias exclusivas y personalizadas”, añade.

Aunque por descontado los restaurantes de estrella Michelin están presentes en muchos casos en las vacaciones de los verdaderamente adinerados, Alberto Rodríguez señala que en realidad, el concepto del lujo silencioso también se aplica a sus elecciones gastro. “La mayoría de las personas que viajan con Zelandia buscan una gastronomía local, auténtica y de muy buena calidad, pero sin la necesidad de un estrella Michelin en la mayoría de los casos”, matiza.

“Normalmente solicitan chefs privados si viajan en grupo con amigos o familiares y se alojan en villas privadas. A menudo les facilito servicios de concierge para gestionar reservas en afamados restaurantes, incluyendo entonces, por supuesto, algunos que tienen estrellas Michelin”, añade Cortés.

Para finalizar esta incursión en las entrañas del universo The White Lotus, mientras vuelvo a lamentar haber caído en la trampa de comprar unos billetes en Ryanair que me obligan a despertar a las 4 de la mañana para coger el vuelo más barato, no puedo resistirme a preguntar qué es lo más loco que pueden llegar a pedir aquellos que creen que Ryanair es el nombre de un cantante pop. “En mi caso personal, he preparado un noveno cumpleaños sorpresa en París con la temática de la serie de dibujos favorita de la niña que estaba ambientada en la capital francesa. Se alojaron en una suite del hotel en el que se inspiraban en los dibujos, cambiando las sábanas y toallas por aquellas tematizadas. Les preparé un crucero por el Sena con sorpresas como una tarta con la cara de su personaje favorito, y junto con su guía, fueron a la pastelería en la que los dibujos se inspiran para sentirse durante unos días como un personaje más de esta fábula”, asegura Alberto Rodríguez. Y yo que pensaba que mis cumpleaños con piñatas y globos eran especiales…

Ver fotos: Hot List 2024, los mejores nuevos hoteles del mundo

Hasta aquí esta excursión por los viajes de los privilegiados mientras indago acerca de a qué hora tengo que coger el autobús hacia el aeropuerto para coger ese vuelo de madrugada con el que asegurarme de comenzar las vacaciones muerta de sueño… Me gustaría terminar el texto con un lastimero “send help”, pero creo que lo oportuno es decir “send money”.

Ver más artículos

SUSCRÍBETE AQUÍ a nuestra newsletter y recibe todas las novedades de Condé Nast Traveler #YoSoyTraveler

2024-06-12T08:04:00Z dg43tfdfdgfd